MI VIAJE DE GOLF
Ya sabéis cómo empezó mi historia en el golf, pero esta vez quiero compartir algunos detalles más sobre el camino que me llevó hasta donde estoy hoy.
Cuando empecé a tomarme el golf en serio, mi hándicap era de 16,7. El juego se convirtió rápidamente en una obsesión. Como con casi todo en mi vida, me sumergí por completo, impulsado por el deseo de mejorar, comprender el juego y dominarlo. Practicar se convirtió en mi rutina diaria, a menudo durando ocho, nueve, a veces incluso diez horas al día. El esfuerzo pronto dio sus frutos. Después de un año y medio, hice mi primera ronda bajo par; seis meses después, competía con la selección nacional eslovena.
Con el equipo, participé en varios Campeonatos Europeos por Equipos y dos Campeonatos Mundiales Amateur, experiencias que me marcaron profundamente, tanto como jugador como persona. Como empecé a jugar al golf relativamente tarde, me perdí la mayoría de las competiciones juveniles, pero como amateur seguí compitiendo en muchos abiertos nacionales por toda Europa y en numerosos torneos en casa. Durante los inviernos, entrenaba en climas más cálidos (España, Portugal, Turquía), donde podía practicar en mejores condiciones y mantenerme en forma durante todo el año.
De aficionado a profesional
En 2018, tras el Campeonato Mundial Amateur por Equipos, di un gran paso: me hice profesional. Eso significó que por fin pude empezar a ganar dinero en torneos. Empecé a jugar por toda Europa, principalmente en el Pro Golf Tour, pero durante mucho tiempo no pude adaptar mi rendimiento de práctica a la competición. En 2022, finalmente obtuve la plena titularidad en el PGT a través de la escuela de clasificación. Fue una experiencia increíble y una lección de paciencia. Mirando atrás, me doy cuenta de que a menudo deseaba demasiado, demasiado pronto. Hoy sé que debería haber hecho la transición de forma más gradual, con más paciencia y menos presión.
En los últimos dos años, he adoptado una mentalidad diferente. Empecé a jugar más torneos fuera del circuito, con más libertad, sin sentir la necesidad de demostrar nada. Resultó ser la decisión correcta: me sentí mentalmente más ligero y los resultados no tardaron en llegar.
Primera victoria y una ronda de ensueño
En 2023, logré mi primera victoria profesional: la final del Czech Tour, disputada en el campo Kaskada. La sensación tras esa victoria fue realmente especial. Un año después, sumé otro título en un torneo Pro-Am. Pero lo más destacado fue una ronda de 63 (-9), un hito que llevaba años persiguiendo. Ese día me recordó exactamente por qué me enamoré del golf.
Mirando hacia atrás y hacia adelante
Tras catorce años en el golf, ahora comprendo mucho mejor lo que significa ser golfista profesional. El golf no es solo un deporte, es una forma de vida. Enseña paciencia, perseverancia y humildad. Sobre todo, te enseña que a veces hay que dar un paso atrás para avanzar dos.
Todavía sueño con tocar en los grandes escenarios, pero ahora los veo de otra manera. Menos como un destino, y más como un viaje.
Un viaje que me sigue enseñando, cada día, quién soy.
Mark