La nutrición del futuro no se trata de contar calorías, sino de apoyar las mitocondrias, reducir la inflamación y optimizar las vías de longevidad. Cuando los micronutrientes, la alimentación con restricción horaria y las respuestas metabólicas individuales cobran protagonismo, la alimentación se convierte en una estrategia de longevidad. Aquí es donde la ciencia se une a opciones sencillas y cotidianas: efectivas, sostenibles y personalizadas.